Varios comerciantes se ven forzados a no abrir, por los contagios en su personal. La preocupación de los trabajadores y los empresarios
Es que, en todo lo que tenga que ver con el rubro grastronómico, el Covid es casi una bomba: si se enferma un mozo o alguien de la cocina es más que probable que se contagien todos, en turnos que suelen durar ocho horas.
“Estamos en serios problemas, no tenemos personal para suplantar al que tenemos que aislar, y hay puestos que son imposibles de reemplazar, es muy difícil, por ejemplo, conseguir a un cocinero de suplencia en plena temporada”, dice Pedro Marinovic, presidente de la Cámara Hotelera y Gastronómica de Pinamar, que se pregunta si habría que volver a poner algún tipo de aforo para evitar el estallido de contagios.
Es un tema que también sigue la municipalidad de la ciudad. “Es un problema pero debería aflojar en los próximos días, con el cambio sobre el aislamiento de los contactos estrechos vacunados que no dejaría a tanta gente afuera de su trabajo”, asegura Martín Yeza, el intendente. Nadie quiere que la pandemia arruine la temporada.